lunes, 20 de febrero de 2012

Nihilismo antibiótico

“El Mal es en la misma medida que el Bien una fuerza creadora. Ahora bien, es el más activo de los dos. Pues con demasiada frecuencia el Bien haraganea”.
E. M. CIORAN.

El nihilismo contemporáneo es entendido como un abaratamiento y oposición de la vida en pro de las estimativas suprasensibles o ficciones -la vida toma así el precio de la nada-, (una suerte de nihilismo "negativo", en la interpretación de Deleuze sobre Nietzsche) y que deriva ineludiblemente a la desvalorización de esas estimas superiores; no sólo una negación de todo lo vital sino de cualquier potencia o acto de la voluntad (nihilismo "reactivo"), nada tiene alguna valorización, nada es verdad, mundo sin valores, despojado de sentido y finalidad. Recordemos que para Nietzsche toda cultura que crea en la existencia de una realidad total y absoluta, realidad en la que se ubican graciosamente los valores objetivos de la Verdad y el Bien, es una cultura nihilista.
Nietzsche se muestra iluminado, para quien el nihilismo, lejos de ser un problema, representa más bien una solución a la superstición y la ideología.
Se considera que el nihilismo (de nihil = 'nada') es la negación de la realidad sustancial. El nihilismo se ha expresado a veces en forma de una mismísima “concepción del mundo”. Ésta puede ser la concepción del mundo del que adopta un pesimismo drástico y fundamental, o bien la del que adopta un punto de vista totalmente “demolicionista”. En este último sentido se ha expresado el nihilismo en palabras de Mefistófeles, en el Fausto, de Goethe, al decir:

Ich bin der Geist, der stets verneint!
Und das mit Recht; denn alles, was entsteht
Ist wert, dass es zugrunde geht;
Drum besser wär's, dass nichts entstünde.
(Soy el espíritu que siempre niega.
Y ello con razón, pues todo lo que nace
no vale más que para perecer.
Por eso sería mejor que nada surgiera.)

Hay fórmulas radicales de nihilismo (alguna no se pueden tomar en serio). Por ejemplo, una  se encuentra en Pisarév, el cual escribió que “todo lo que puede romperse, hay que romperlo; lo que aguante el golpe, será bueno; lo que estalle, será bueno para la basura. En todo caso, hay que dar golpes a derecha y a izquierda: de ello no puede resultar nada malo”.
Ciorán, el cual ha desarrollado la idea de la “descomposición”: “el mismo nihilismo es un dogma. Todo es ridículo, sin sustancia, pura ficción. He ahí por lo que no soy un nihilista, porque la nada es aún un programa. En la base, todo es sin importancia. Nada existe más que en la superficie, todo es posible, todo es drama”.
En un escrito sobre Marcel escribe Ciorán: “el nihilismo no es una posición paradójica ni monstruosa, sino más bien una conclusión lógica que hace naufragar a cualquier mente que haya perdido contacto íntimo con el misterio (misterio es un nombre pudoroso para el absoluto”.

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