lunes, 5 de noviembre de 2012

Jose Mª Navarro Porcel - preludio

resiliencia

¿Por qué nos caemos?...
Para aprender a levantarnos.
Thomas Wayne a su hijo Bruce Wayne (Batman)


El vocablo resiliencia tiene su origen en el latín, resilio, resilire, que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar. La resiliencia es un término que proviene de la Física y se refiere a la capacidad de un material de recobrar su morfología original después de haber estado sometido a altas presiones.
La psicología a tomado prestado el término y, en este campo la resiliencia es la capacidad de las personas para seguir airosos, fortalecidos y proyectándose en el futuro a pesar de sucesos desestabilizadores, de condiciones de vida complicadas y de angustias y traumas muchas veces graves y espinosos.
La resiliencia se sitúa en el ámbito de un positivismo psicológico y dinámica de promoción de una asepsia mental y es una realidad convalidada por la revelación de muchos mujeres y hombres que, aún habiendo vivido  situaciones traumáticas, han logrado internalizarla y depurarla por los alambiques mentales y seguir sintiendo, pensando y actuando  en la vida, incluso, en niveles superiores, como si las adversidades vividas y positivamente asumidas hubieran desarrollado potencias latentes e insospechadas. Entonces, desarrollar la resiliencia, es decir la capacidad de recuperarse ante la adversidad, y aprender de ella, de experiencias en los cuales los individuos pueden probarse a si mismos que son capaces de pensar, de hacer, de decidir.
Aunque durante mucho tiempo las respuestas de resiliencia han sido consideradas como inusuales y poco frecuentes e incluso inclinadas a la patología;  la ciencia que estudia los procesos mentales actualmente demuestra fehacientemente que la resiliencia es una respuesta habitual y común y su aparición no indica anomalía alguna, sino un ajuste y acomodo jovial y deportivo frente a las frecuentes adversidades de la vida.