Hubo y hay muchos enfebrecidos detractores-murmuradores
y maldicientes de la filosofía.
La pregunta que siempre emerge es: ¿De qué le
ha servido la filosofía al hombre? ¿Ha resuelto algún problema grave de
aquellos por los cuales el género humano ha franqueado? Ciorán, gran
vociferante dice:“Se puede lamentar que
nada sea resuelto en este mundo; nadie, sin embargo, se ha suicidado nunca por
ello; la inquietud filosófica influye poco en la inquietud total de nuestro ser
"[…] “Todo lo que los filósofos
han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales... ¡Ser
filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de
sepulturero! ". Sólo se hace auténtica filosofía en los momentos
personalísimos y únicos.
Afirma Ciorán que la filosofía es parlanchina,
infecunda, estéril, insensata e inútil: “El
ser es mudo el espíritu charlatán… la originalidad de la filosofía está en
inventar términos. El ejercicio filosófico no es fecundo, solo es honorable, se
es impunemente filósofo. El filósofo es el enemigo del desastre, es tan sensato
como la razón y tan prudente como ella. No comenzamos a vivir realmente más que
al final de la filosofía, sobre sus ruinas, cuando hemos comprendido su
terrible nulidad, y que era inútil recurrir a ella, que no iba a sernos de
ninguna ayuda”.
Ciorán dice que encuentra en la filosofía el
verdadero impulsador…, el odio: “La
historia de las ideas es la historia del rencor de los solitarios". No
hay considerable odio que, entre los energúmenos filósofos que protegen sus
artilugios pirotécnicos conceptualoides con mayor o igual celotipia que los
animales cuidan a sus cachorros, y construyen casetas de vigilancia desde las
cuales otean compulsivamente el castillo de naipes de la verdad “absoluta”. Digamos,
primero que no hay nada más improductivo que un conciliábulo de filósofos (En
esto coincidimos con Ciorán).¿Qué es un congreso de filosofía?: Exposición
exhibicionista de ataques virulentos y represiones defensivos de acalorado
fanatismo conceptual donde sólo existe “mi” verdad que creo y quiero imponer
como verdad universal y absoluta. Ejemplo: un filósofo que presenta una
ponencia en un congreso de filosofía es, por un lado, una víctima presta al
sacrificio por sus colegas; y por otro, un atrabiliario gladiador que desde su atalaya
estará dispuesto a despellejarse y mostrar las vísceras de la mismísima Verdad,
a dejar que corra su sangre sobre la arena,
a costa de que esa verdad, sea mayoritariamente reconocida y “tragada”
por los demás conciliábulos. Se dice que hay nadie más intolerante que la
especie filosofante a causa de su endógena inclinación a juzgar, a etiquetar y,
asignarse una posición sobresaliente con los saberes. Cioran ha señalado que la
filosofía es un precipitado de individuos y pueblos biológicamente
superficiales. Sontag reflexionando sobre Cioran nos dice: “La filosofía no es más que una ilusión intelectual pasada de moda,
uno de los componentes del provincialismo de espíritu de la infancia del hombre
".
La filosofía es un divertimento inútil, un
universo inverosímil medianamente bien articulado, es una retahíla encadenada
de conceptos sobre conceptos que se repiten insistentemente bajo el pretexto de
que son los problemas esenciales a dicha disciplina y por ende al hombre.
El siguiente texto de Ciorán condensa lo que
hemos dicho acerca de la inutilidad del ejercicio filosófico, y uno de los que
mas brilla por su agudeza:”Frente a la
música, la mística y la poesía, la actividad filosófica proviene de una savia
disminuida y de una profundidad sospechosa, que no guardan prestigios más que
para los tímidos y los tibios. La filosofía -inquietud impersonal, refugio
junto a ideas anémicas- es el recurso de los que esquivan la exuberancia
corruptora de la vida. Poco más o menos todos los filósofos han acabado bien:
es el argumento supremo contra la filosofía. El fin del mismo Sócrates no tiene
nada de trágico: es un mal entendido, el fin de un pedagogo, y si Nietzsche se
hundió fue como poeta y visionario: expió sus éxtasis y no sus razonamientos...
qué pocos de los sufrimientos de la humanidad han pasado a su filosofía... Se
es siempre impunemente filósofo: un oficio sin destino que llena de
pensamientos voluminosos las horas neutras y vacantes... ¿Y acaso esos
pensamientos se han materializado en una sola página equivalente a una
exclamación de Job, a un terror de Macbeth o a una cantata? El universo no se
discute; se expresa. Y la filosofía no lo expresa. El filósofo "enemigo
del desastre, es tan sensato como la razón y tan prudente como ella". No
comenzamos a vivir realmente más que al final de la filosofía, sobre sus
ruinas, cuando hemos comprendido su terrible nulidad, y que era inútil recurrir
a ella, que no iba a sernos de ninguna ayuda". Qué ventaja hay en saber que
la naturaleza del ser consiste en "voluntad de vivir" en la
"idea", o en la fantasía de Dios o de la Química. Simple
proliferación de palabras, sutiles desplazamientos de sentidos. ... Sólo
estamos seguros en nuestro universo verbal, manejable a placer, e ineficaz. El
ser mismo no es más que una pretensión de la Nada. El ser es mudo y el
espíritu charlatán. Eso se llama conocer. La originalidad de los filósofos se
reduce a inventar términos. Estamos abismados en un universo pleonástico en el
que las interrogaciones y las réplicas se equivalen".