El hombre es un eterno insatisfecho. Si lo observamos “behaviorísticamente”; esto es, investigamos su comportamiento, , su conducta exterior, su “fuera”; caeremos en la cuenta que lo mueve un extraordinario afán de creación. Frente al mundo primigenio y espontáneo –la naturaleza- el hombre se comporta como un inadaptado, un insatisfecho, un infeliz; siempre creando “nuevos mundos”, mundos distintos al actual porque ya este le parece inadecuado, limitado.
Transforma, muda, metamorfosea, los objetos de este mundo corpóreo, tanto los físicos como los biológicos, de tal modo, que el resultado es la aparición –dentro del ámbito de las realidades- de una “cosa” totalmente nueva y distinta a las existentes hasta ahora. El hombre es un creador y la creación es: TECNICA.
El hombre en virtud de su desadaptación al medio en que vive, busca nuevas formas que le permitan vivir más cómodo, más “a gusto”; entonces, crea. Y a este constante quehacer humano –“creatio”-, se le ha dado en llamar: técnica. El hombre es un ser esencialmente técnico, un “homo thecnicus” . Y, al parecer seguirá así hasta el infinito, de ahí su eterna insatisfacción.
2.- Pero ¿porqué y para qué esa aspiración compulsiva de crear otros mundos?. Difícil pregunta.
Digamos primero que el hombre hace técnica en dos sentidos opuestos. Frente a la construcción de edificios, de máquinas, de cultivo del campo; se halla la creación de pinturas, poemas, sinfonías, ensayos, etc.
Frente a la técnica utilitaria hallamos estos enseres artísticos; los primeros se gastan y desgastan al usarlos, al hacerlos funcionar; en cambio, los otros, los objetos artísticos…no los gasta, ni mucho menos los “desgasta”. Se queda entre ellos, muchas veces absorto, al borde de inusitados paroxismos, al límite de insólitas y frenéticas emociones (Vamos a dejar de este análisis de este enigma tan tremebundo del alma humana).
¿Qué hace, entonces, con los instrumentos técnicos?. Digamos primero, que el hacer técnico es lo primero que el hombre hace. Decíamos que el ser humano es un eterno insatisfecho, y lo es porque no “encaja” en el mundo originario y espontáneo. Al no poder acomodarse a este mundo primario –como los animales y las plantas- , al no quedar tranquilamente incluido en él, busca afanosamente “otro mundo” cómodo y holgado para estar “a gusto”. El hombre está sumergido en la naturaleza, pero “no pertenece a la naturaleza”. Esto suena contradictorio, equivale a decir, que el hombre es un ente no natural, porque, aunque inserto en la naturaleza, es extraño a ella (es una suerte de extrañófilo…válganos el neologismo; alguien dijo por ahí, que el hombre es una especie de centauro ontológico; mitad cósmica existencia terrenal, mitad misteriosa y arcana esencia remota y ultrarreal). El hombre es, esencialmente, un descontento, y esto –no estar contento, la insatisfacción- es lo más alto que el hombre posee, precisamente porque se trata de una insatisfacción, porque desea tener mas de lo que tiene, desea cosas que no ha tenido nunca.
3.- El hombre, entonces, frente a un medio ambiente que no es el suyo (¿Cuál es el suyo?), primero se asombra y luego se extraña. Y ese revuelo de asombros y extrañamientos solo puede significar una anomalía negativa en sentido behaviorista (conductista), es decir, afección, enfermedad.
El hombre es un ser constitutivamente enfermo (Tal vez esto explique la “irracional” destrucción de la naturaleza por un lado, y por otro, esa tendencia antibiótica que sufre el hombre atávicamente). Pero, sucede, que a los seres enfermos, la propia naturaleza los elimina, los débiles sucumben (por ejemplo, su cuerpo no está especialmente adaptado para la huida, la defensa propia o la cacería) ; el entorno es un filtro, la naturaleza elimina a aquellos que no están a la altura de las circunstancias…pero el hombre (Homo habilis) lleva, mas o menos, ¡2.5 millones de años sobre el planeta!. O sea que, “hace algún tiempo, el hombre, enfermo y todo, intenta seguir viviendo. Y esto lo ha conseguido gracias a ¡la técnica!. Ha procurado gracias a su imaginación creadora y a sus manos fabriles “agenciarse” un medio “artificial” en donde poder mantenerse vivo, con el anhelo siempre encendido de llegar-a-ser-uno-con-el-universo,; como bien dicen frases que nos llegan de Oriente.
Se nos aparece, entonces, como un animal desgraciado, en la medida que es hombre. Y busca a través de la técnica un mundo propicio para él. Es en la medida que es hombre que no está adecuado a la “naturaleza”, al mundo natural y crea “nuevos mundos”. Es en este sentido una posibilidad, una constante posibilidad que, gracias a la Técnica –entre otros factores no menos importantes- se ha mantenido vivo sobre el planeta.
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