viernes, 14 de septiembre de 2012
¿Siento luego Existo?
Sabemos demasiado
y sentimos muy poco.
Al menos, sentimos muy poco
de esas emociones creativas de las que surge una buena vida.
Bertrand Russell
y sentimos muy poco.
Al menos, sentimos muy poco
de esas emociones creativas de las que surge una buena vida.
Bertrand Russell
Hablar de las emociones es siempre hablar por las emociones…o no?. No generalmente el que mejor habla sobre el amor es el que está distante de él. Qué quiere decir esto que la emoción subjetiva no es buena consejera.
El corazón es un niño rebelde; generalmente no entiende razones. El creador nos jugó una mala pasado al no haber “cableado” el corazón con el cerebro. No se le puede dar órdenes al corazón. No podemos mandar a nuestras propias emociones que sigan las instrucciones de nuestras palabras, como querrían ciertos catequistas seudomísticos, o como querrían los moralinos hipócritas que pontifican sobre lo «políticamente justo y correcto». No podemos mandar a las emociones que sigan a nuestras palabras, porque, sencillamente, nuestras palabras están a su vez predeterminadas por las emociones, por razones del corazón que la razón no conoce, como diría Pascal.
Es cierto que para alcanzar etapas superiores de sabiduría que nos permitan convivir mas armoniosamente con el mundo, engrandecido por el respeto mutuo y por la aspiración de una común felicidad, es conveniente equilibrar el predominio cartesiano del “pienso luego existo” y fusionarlo, no sustituirlo, con un “siento luego soy”; que entraña e inevitablemente humano-demasiado-humano. Para lograr así un armonioso reencuentro en el ámbito de una alegre cordialidad…y felices todos.
Siempre hemos tratado de “domesticar el salvajismo humanoide y hacer amable la vida en el mundo”; de un tiempo a esta parte se están haciendo esfuerzos más concretos para tratar de domesticar esa suerte de “demonio de tasmania”. Por ejemplo los ingenieros comerciales han tomado conciencia de que existen otras realidades, además de los guarismos, y les ha dado por mezclar sus frías formulaciones con sonrisas prefabricadas aprendidas frente al espejo leyendo “la inteligencia emocional” de Goleman.
Pero el rumbo dualista no es un destino genético…fatal. La posesión de la conciencia de que nada podrá jamás comandar las razones de nuestro corazón, y de que no serán nunca inocentes (hasta que se pruebe lo contrario), ni políticamente correctas y, por tanto, la conciencia indubitable de que no habrá nunca una fórmula olímpica para eliminar todo riesgo de imbecilidad, idiotez y de violencia entre nosotros, esta toma de conciencia podrá así revelar nuevas visiones mentales que nos llevaran a nuevas misiones vitales; y así poder neutralizar –medianamente- la ciega la orientación dualista cartesiana.
Pienso, siento luego Soy.
martes, 11 de septiembre de 2012
Música
“La Música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz”
Piotr Illich Tchaikovski – Músico
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