Conocerse y hacerse a sí mismo es una cuantía que se va perfilando en el bípedo implume a medida que entra por los recovecos de la vida y va haciendo caminos por los caminos de la inteligencia y se va haciendo más autónomo, menos irresponsable y más maduro. Para llevar con cierta destreza las riendas de la propia existencia, esquivar los obstáculos que surgen a cada paso, saber frenar v acelerar en el momento clave, conducir a velocidad moderada, con firmeza y mesura, sin peligro para los demás ni para sí mismo, por las autopistas de este mundo de hoy, tan intrincado y obscuro; la delicada maquinita de su persona, de maltratado yo; si, esto exige un elevado índice de autocontrol, de autogobierno, al que sólo es posible acceder por dos vías obligatorias: la del conocimiento de nosotros mismos y la del poderío y control responsable de nuestros actos. No hay que buscar muy lejos, pues la vida está adentro de cada cual; LA VIDA ES CADA CUAL. ¿Qué es, pues, vida? - Pregunta Ortega- No busquen ustedes lejos, no traten de recordar sabidurías aprendidas. Las verdades fundamentales tienen que estar siempre a la mano, porque sólo así son fundamentales. Las que es preciso ir a buscar es que están sólo en un sitio, que son verdades particulares, localizadas, provinciales, de rincón, no básicas. Vida es lo que somos y lo que hacemos: es, pues, de todas las cosas la más próxima a cada cual. Pongamos la mano sobre ella, se dejará apresar como una ave mansa.
El conocimiento de uno mismo es labor constante y de todas las etapas de la vida, ya que nunca acaba, pero nos mantiene alertas y activos, observando hacia nuestro interior en la alentadora autocrítica que permite poner a punto el potencial de nuestras posibilidades para superar las problemáticas vitales y lograr una más grande y certera eficiencia, actuando con deportivo optimismo y reverdecida confianza.
Este conocimiento de nosotros mismos, sin dejar de ser realista y objetivo, ha de permitirnos apuntar la atención en nuestras calidades y cualidades más sobresalientes, aquellas que nos permitan sentar los cimientos de una sólida auto-estima que nos excite e impulse a la acción y a la concreción de nuestros mejores anhelos, de nuestros caros ideales. El conocimiento de nosotros mismos nos permitirá averiguar lo que podemos llegar a ser sin perder el norte y la guía de lo que debemos ser, de nuestros ideales.
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