martes, 31 de enero de 2012

desindividualización

“Ahora, por lo visto, vuelven muchos hombres a sentir nostalgia del rebaño. Se entregan con pasión a lo que en ellos había aún de ovejas. Quieren marchar por la vida bien juntos, en ruta colectiva, lana contra lana y la cabeza caída. Por eso, en muchos pueblos de Europa andan buscando un pastor y un mastín”.
Ortega y Gasset
El hombrecito contemporáneo tiende a desindividualizarse. Hoy está “de moda” la atomización, la disolución de lo Uno y convertirse en masa colectiva.  Facebook  y Twitter es otro invento de moda al respecto. Todo obliga al hombre a perder unicidad y a transformarse en alguien o algo menos compacto. El afán de ser individuo, intransferible, incanjeable no se lleva con los tiempos actuales. La libertad para vivir por sí y para sí a nadie –o a muy pocos- le importa. Pocos se dejan un rincón de retiro en la privacidad, de soledad íntima consigo mismo. Hoy día la vida no transcurre en la casa –puertas adentro y privadamente- sino que en la calle, en la demótica y estertórea calle.
Hoy falta la Ética. Lo ético no significaba para los griegos regulaciones externas, control desde afuera: significaba "ser sí mismo", autarkeia, tener raíz por sí mismo, auto-gobernarse y no ser juguete de otros. Y conste que no es lo mismo anarkeia -anarquía, desgobierno- a autarkeia; no se trata de capricho o de no tener orden y medida, sino de tener poder para el control de uno mismo.
Por un lado la Prensa se cree con derecho a exhibir y a  publicar nuestra vida privada, a juzgarla, a sentenciarla.
Por otro; El poder público –el gobierno político- nos obliga a dar cada día mas y mas cantidad de nuestra existencia a la sociedad…para uso común, para uso y abuso de toda la comunidad.

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