En la medida que hemos incursionado en esto de los Blogs hemos constatado que tienen la trascendencia espiritual de una cáscara de papa. Es decir ninguna. Un blog tiene menos trascendencia metafísica que un estornudo de gato. Es un suspiro en medio de la noche o, como querrán oír otros, un pedo en la geometría resonante de una cóncava taza de water.
Los blogs nunca contendrán la latencia fáctica de las creencias humanas. Podría ya escribirse un “ethos” del espíritu bloguero y sería vacuo. Recordemos que trascender es “ascender subiendo”: es decir un movimiento de vector diagonal hacia delante y arriba.
Los blogs son una buena herramienta periodística que se preocupa de lo contingente e inmediato, de la “doxa” griega. Opiniones que se las lleva el viento, sin ninguna profundidad ni valía en relación con lo auténticamente importante.
Pero si tienen una auto-trascendencia, en el concepto de Aldous Huxley. El alcohol es una de las muchas drogas utilizadas por los seres humanos como un escape de uno mismo. Los blogs en esta etapa experimental aún, también se están convirtiendo en una válvula de escape, un ausentarse de sí mismo y quedar vacante y franco para visitar un mundo que no es el real. Desde la amapola hasta el curare, desde la coca andina hasta el cannabis hindú, cada planta, yuyo u hongo capaz de excitar o evocar visiones con su ingesta, ha sido descubierto y sistemáticamente utilizado desde hace tiempo. Esto parece probar que en todas partes y desde siempre, los seres humanos han experimentado su existencia personal como inadecuada. Explorando el mundo a su alrededor, el hombre primitivo, evidentemente “probó todo y se quedó con lo que le era útil”. Con el objetivo de la auto-preservación, lo útil es toda fruta y hoja comestible.
En los tiempos modernos, la cerveza y otros atajos tóxicos hacia la auto-trascendencia no son venerados oficialmente como dioses. La teoría ha sufrido un cambio, pero no la práctica, porque en la práctica, millones de hombres y mujeres civilizados continúan con su devoción al alcohol, hashish, opio y sus derivados, barbitúricos y los otros venenos sintéticos capaces de causar la auto-trascendencia. En todos los casos, por supuesto, lo que parece un dios es en realidad un demonio, lo que parece una liberación es en realidad una esclavitud. La auto-trascendencia es invariablemente un ir hacia abajo.
Y aparecieron los Blogs. Un brebaje tan tóxico y enajenante como cualquier “droga pesada”.
Las minorías gobernantes utilizan la búsqueda de la auto-trascendencia por parte de sus sujetos, en principio para divertir y distraerlos y en segundo lugar para llevarlos a un estado de alta sugestión. Las ceremonias religiosas y políticas son bienvenidas por la masa como oportunidades de envenenarse y son bienvenidas por los gobernantes como oportunidades de implantar sugestiones y manipular mentes que momentáneamente no son capaces de razón o voluntad propia.
Los blogs es la versión moderna de “Rebelión de las Masas” Orteguiano. En masa, estos mismos hombres y mujeres se comportan como si no tuviesen razón o voluntad propia. La intoxicación de masa los reduce hasta una condición infrapersonal y una irresponsabilidad antisocial. Drogados por el veneno misterioso que cada miembro excitado secreta, caen en un estado de sugestión similar a un trance hipnótico. Mientras en este estado, creerán cualquier cosa, actuaran ante cualquier comando o exhortación.
Cuando el delirio de masa es explotado por el beneficio de los gobiernos e iglesias ortodoxas, los explotadores siempre se cuidan de no permitir que la intoxicación vaya demasiado lejos.
El síntoma final de la intoxicación de masa es la violencia maníaca. Nos encontramos con delirios de masa que culminan en la destrucción gratuita y en la auto-mutilación feroz. Una masa es el equivalente social de un cáncer. El veneno que secreta despersonaliza a sus miembros hasta el punto en que comienzan a comportarse con una violencia salvaje, de la cual, en su estado normal, serían completamente incapaces.
Para poder escapar de sus propios horrores, la mayoría de los hombres y mujeres elige no ir hacia arriba ni hacia abajo, sino hacia los costados. Se identifican con alguna causa más amplia que sus propios intereses inmediatos, no necesariamente hacia abajo, y si hacia arriba, sólo dentro del rango de los valores sociales del momento. Esta auto-trascendencia horizontal, o casi horizontal, puede llevarse a cabo a través de la auto-identificación con cualquier actividad humana, desde manejar un negocio hasta investigar en física nuclear, desde componer música hasta coleccionar estampillas. Desde ir al cine a ver películas 3D de manera compulsiva, hasta tener un blog compulsivamente actualizado; lleno de enlaces a “amigos y amigas virtuales” a los que nunca les verá el rostro y con los que jamás experimentará un apretón de manos o una palmada en la espalda de desinteresada aprobación empática.
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