I parte: Generalidades.
La disciplina que va a preocuparse del problema del Ser es la ontología. Ontología significa “teoría del Ser”. Esta parte de la filosofía que se ocupa del problema del Ser está en los límites de ella: es un problema limítrofe. La ontología trata del problema del Ser en términos amplios, generales, o sea, no de este o aquel ser concreto y determinado; sino del Ser en general, del Ser en el sentido más vasto y amplio de la palabra.
Cuando el hombre observa espontáneamente el mundo circundante, toma las cosas que se ofrecen a su conciencia según su pura apariencia, su contenido, sin plantearse el problema de su realidad. En un espíritu inmaduro se entrelazan caóticamente las apariencias mas irreales y las mas absurdas fantasías, de manera tal que ha sido necesaria una larga experiencia, corregida a través de las más grandes dificultades de tipo práctico, para abstraer radical y fundamentalmente el Ser y la apariencia, para descubrir al final, que el mismo contenido, la misma “cosa” puede ser lo uno como lo otro. En algún momento el hombre descubrió que el mundo es una realidad subsistente en sí con independencia del observador; que el mundo no es solo lo que parece que es, sino que posee una substancia tras de esa apariencia –un cosmos sub-stante-, algo que le hace Ser en sí y por sí.
¿Pero podemos definir ese Ser que se oculta tras la apariencia de las cosas? Recordemos que definir un concepto consiste en incluir este concepto en otro que sea mas extenso en varios otros que sean mas extensos y que se encuentren, se acerquen, se toquen, precisamente en el punto del concepto que queremos definir. Entonces, si queremos definir el concepto “Ser”, tenemos que tener a mano otros conceptos que sean “más que Ser” y, ya dijimos, que el problema del Ser es un problema limítrofe de la filosofía.
El Ser es pensado como algo absoluto, único, universal. El concepto “Ser” encierra toda UNA unidad designable en una sola palabra la totalidad de las cosas, de manera que ninguna quede excluida. Por eso para definir el Ser nos encontraríamos con la dificultad de que no tendríamos que decir nada de él. Del Ser no podemos predicar nada.
Hegel identifica el concepto de Ser con el concepto de “nada”.
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